TRIBULACIÓN
En esta hora, amarga como un sorbo de mares,
Tú sostenme, Señor.
¡Todo se me ha llenado de sombras el camino
y el grito de pavor!
Amor iba en el viento como abeja de fuego,
y en las aguas ardía.
Me socarró la boca, me acibaró la trova,
y me aventó los días.
Tú viste que dormía
al margen del sendero,
la frente de paz llena;
Tú viste que vinieron a tocar los cristales
de mi fuente serena.
Sabes cómo la triste temía abrir el párpado
a la visión terrible;
¡y sabes de qué modo maravilloso hacíase
el prodigio indecible!
Ahora que llego, huérfana, tu zona por señales
confusas rastreando,
Tú no esquives el rostro, Tú no apagues la lámpara,
¡Tú no sigas callando!
la frente de paz llena;
Tú viste que vinieron a tocar los cristales
de mi fuente serena.
Sabes cómo la triste temía abrir el párpado
a la visión terrible;
¡y sabes de qué modo maravilloso hacíase
el prodigio indecible!
Ahora que llego, huérfana, tu zona por señales
confusas rastreando,
Tú no esquives el rostro, Tú no apagues la lámpara,
¡Tú no sigas callando!
Tú no cierres la
tienda, que crece la fatiga
y aumenta la amargura;
y es invierno, y hay nieve, y la noche se puebla
de muecas de locura.
y aumenta la amargura;
y es invierno, y hay nieve, y la noche se puebla
de muecas de locura.
¡Mira! De cuántos
ojos veía abiertos sobre
mis sendas tempraneras,
sólo los tuyos quedan. Pero se van llenando,
de un cuajo de neveras...
mis sendas tempraneras,
sólo los tuyos quedan. Pero se van llenando,
de un cuajo de neveras...
Gabriela Mistral.....
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