GUARDA TU CORAZON
Jorge Trujillo
Proverbios 4:23
Sobre toda cosa guardada,
guarda tu corazón; Porque de él mana la vida
En este verso que acabamos de leer, el proverbista
nos deja un consejo el cual es presentado viniendo de la boca de un padre hacia
su hijo. Este consejo es también aplicable a cada uno de nosotros y debemos de
tomarlo y hacerlo nuestro. Como la Biblia es la palabra de Dios, este consejo
no es solo eso sino que es un mandamiento de Dios para todo aquel que es su
hijo. Este consejo o mandamiento tiene que ver con el corazón.
Cuando la Biblia habla de corazón no se está
refiriendo a ese músculo que está en centro de nuestro pecho y que palpita sin
cesar de día y de noche desde mucho antes que naciéramos hasta el día que
muramos. Cuando la Biblia nos habla del corazón, nos está haciendo referencia
al "alma", "el ser interior", el lugar donde se sientan las
emociones, los pensamientos, lo más profundo del ser, lo que lo mueve a pensar,
a actuar, a tomar decisiones y a obrar. Es una referencia al espíritu del
hombre que gobierna todo lo que él es. Eso es el corazón.
Pudiéramos comparar el hombre con una computadora.
Es entonces el corazón (alma) el centro de mando del individuo. Es el corazón
el programa que hace que la computadora más perfecta que jamás haya sido
creada, el hombre pueda funcionar. Enclavados allí fuertemente se encuentran
programados los códigos y comandos que hacen que el hombre funcione. El sistema
operativo de esta computadora es el corazón.
I. El corazón está corrompido
En cierta ocasión Cristo se disponía a comer con
sus discípulos y estos no se lavaban las manos como acostumbraban hacerlo
tradicionalmente los judíos, entonces vinieron los fariseos y escribas al ver
eso cuestionaron a Jesús del porque los discípulos no se lavaban las manos.
Jesús les contestó que el levarse las manos no tenía nada que ver con la
contaminación espiritual del hombre y le dijo una parábola: (Marcos 7), no es
lo que el hombre come ni lo que el hombre bebe lo que le hace sucio y lo que le
contamina, todo eso sale y va a la letrina dice Cristo. Lo que contamina al
hombre no es la comida que entra en el por su boca sino lo que sale del hombre
le contamina.
Marcos 7
14
Y llamando a sí a toda la multitud, les dijo: Oídme todos, y entended: 15
Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que
sale de él, eso es lo que contamina al hombre. 16 Si alguno tiene
oídos para oír, oiga.
Pero sus discípulos se estaban confundidos al no
entender la parábola y la enseñanza que Jesús les estaba dando por lo cual le
preguntaron y Jesús les dijo:
18
El les dijo: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que
todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar, 19
porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto
decía, haciendo limpios todos los alimentos.
Jesús continuó diciendo a sus discípulos:
20
Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. 21
Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los
adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22 los hurtos, las
avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia,
la soberbia, la insensatez.
Al hablar estas palabras, Jesucristo demuestra que
el estaba consciente de la maldad que existe en el corazón del hombre. Eso es
lo que el quiere que nosotros sepamos. La naturaleza del hombre está inclinada
hacia la maldad y el pecado desde que nace. El hombre no se vuelve malo, el
hombre es malo. Todo lo que va en contra de la ley de Dios es lo que al hombre
le atrae y le mueve a funcionar. Ese dominio pecaminoso en el corazón del
hombre le hace revelarse contra Dios y contaminar todo lo que está a su
alrededor.
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