Las
presiones de la vida diaria en una mujer
MUCHAS NO
ESTAN PREPARADAS
Para una
vida en familia
Es fácil dejar de notar las presiones de la vida diaria porque siempre
están presentes. Sin embargo, una mujer gasta mucha de su energía lidiando con
ese tipo de presiones.
Las actividades y los eventos de la vida diaria generalmente ponen a la
mujer bajo presiones que le causan tensión física y mental. La tensión puede
deberse a problemas físicos, como enfermedades o exceso de trabajo. También
puede deberse a lo que le sucede emocionalmente, como el tener conflictos
familiares o el ser culpada por problemas que ella no puede controlar. Aun los
eventos que generalmente causan alegría—como el nacimiento de un nuevo bebé o
el conseguir un trabajo—pueden producir tensión, puesto que cambian la vida.
Un problema de familia
Cuando una mujer está sujeta a una gran tensión nerviosa
todos los días y por una temporada muy larga, es posible que comience a
sentirse abrumada e incapaz de darse abasto. El problema puede ser peor si a
ella se le ha enseñado que debe cuidar primero de las otras personas, y por lo
tanto descuida sus propias necesidades. Si ella no tiene tiempo para descansar
o para disfrutar de las cosas que podrían reducir su tensión, es posible que no
haga caso a las señas de enfermedad o de agotamiento. Y como mujer, es posible
que tenga muy poco poder para cambiar su situación.
Las pérdidas y la muerte
Cuando la mujer pierde algo o a alguien que ella valora—a un ser
querido, su trabajo, su hogar, o a una amistad muy cercana—es posible que se
sienta abrumada por la aflicción. Eso también puede suceder si se enferma o
desarrolla alguna discapacidad física.
La aflicción es una reacción natural que ayuda a la persona a adaptarse
a las pérdidas y a la muerte. Sin embargo, si una mujer sufre de varias
pérdidas a la vez, o si ya sufre de mucha presión en su vida diaria, es posible
que comience a desarrollar problemas de salud mental. Eso también puede suceder
si ella no puede guardar luto en las formas tradicionales por
ejemplo, si se ha visto forzada a mudarse a una nueva comunidad donde no se
practican sus costumbres.
Los traumas
Cuando
algo terrible le sucede a la mujer o a uno de sus seres
queridos, ella sufre de un trauma. Algunas de las causas más comunes de los
traumas son la violencia en el hogar, la
violación, la guerra, la tortura y los desastres naturales.
Un trauma amenaza el bienestar físico o mental de la persona que lo
sufre. Como resultado, esa persona se siente en peligro, insegura, impotente e
incapaz de confiar en el mundo o en la gente a su alrededor. Generalmente una
mujer tarda mucho tiempo en recuperarse de un trauma, sobre todo si éste fue
causado por otra persona, no por la naturaleza. Los traumas que la mujer pudo
haber sufrido cuando era niña, antes de poder comprender lo que le estaba
sucediendo o de poder hablar de ello, pueden afectarla durante muchos años sin
que ella misma lo sepa.
Los problemas físicos
Algunos problemas de salud mental se deben a problemas físicos, tales
como:
- las
hormonas y otros cambios en el cuerpo.
- la
desnutrición.
- las
infecciones, como las de VIH,
y otras
- los
plaguicidas, herbicidas y solventes industriales si se está en el campo
- las
enfermedades del hígado o de los riñones.
- el exceso de medicamentos, o los efectos secundarios de algunos medicamentos.
- el
abuso de las drogas y del alcohol.
- los
derrames cerebrales, la demencia y las lesiones de la
cabeza.
Siempre considere la posibilidad de una causa física cuando trate los
problemas de salud mental. Recuerde también que los problemas físicos pueden ser
señal de un problema de salud mental.
- No
existe una división clara entre las reacciones normales a los eventos de
la vida y los problemas de salud mental.
- La
mayoría de las personas sufren de algunas de las señas en diferentes
momentos en su vida, porque tarde o temprano, toda la gente tiene que
afrontar problemas.
- sentirse
triste casi todo el tiempo
- tener
dificultades para dormir, o dormir demasiado
- tener
dificultades para pensar con claridad
- perder
el interés en las actividades agradables, en la comida o en las relaciones
sexuales
- tener
problemas físicos, como dolores de cabeza o problemas intestinales, que no
se deben a una enfermedad
- hablar
y moverse lentamente
- no
tener energía para las actividades diarias
- pensar
sobre la muerte o el suicidio
Los ataques de pánico son una forma severa de ansiedad.
Suceden repentinamente y pueden durar desde varios minutos hasta varias horas. La
persona siente terror o pavor, y teme desmayarse o morir. También puede padecer
de dolores en el pecho, de dificultades para respirar y de la sensación de que
algo terrible está a punto de suceder.
Toda esta problemática también afecta por rebote al
hombre y por ende a toda la familia, el hombre no queda exente de esta problemática,
lo puede padecer por inducción o por compartir el estrés y la presión diaria de
un diario vivir.
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