DEJA
VIVIR
Cuantas veces somos
juzgados, injuriados, calumniados, difamados, denigrados, por los demás, cuantas
veces nos sentimos invadidos en nuestra privacidad, en nuestra intimidad, por
la opinión ajena. Que esto está bien…
Que aquello está mal... Pero? ... quien es el dueño de la verdad para
decidir qué cosas se deben hacer o no. Nadie puede ni tiene el derecho de
opinar sobre los demás, nadie puede tirar la primera piedra. Porque todos en
algún momento cometimos errores y no por eso somos malas personas. La vida hay
que vivirla como se puede, tratando de hacer lo mejor posible, pero sin el
miedo de pensar que van a opinar los demás sobre nuestra manera de vivirla. Los
consejos solo se dan cuando son pedidos o en el caso que sepamos que una vida
depende de ello, sino, es mejor mantenerse al margen de todo. Y dejar que cada
persona elija y decida qué es lo mejor para ella y su entorno. No vayamos por
la vida juzgando y remarcando los
errores de los demás. Hagamos una visita interna y pensemos qué es lo que
estamos haciendo mal para tener tiempo de ocuparnos de las vidas ajenas. Vivamos
nuestro momento aprovechemos el día a
día que Dios nos regala. No nos desgastemos, tampoco nuestra mente y menos nuestro cuerpo tratando de solucionar los
problemas de los demás, porque se los hacemos más grandes, tratando de demostrar
a los demás lo equivocados que están. Si
hacemos eso significa que sentimos miedo de ver nuestros propios errores,
nuestras equivocaciones y preferimos acusar a los demás, de algo que, a lo
mejor está dentro nosotros y no pudimos
resolver, que nos corroe el alma y nos llena de frustración. Pero siempre es
más sencillo ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio. La vida es muy
corta, los años pasan demasiado rápido. No los dediquemos a criticar a los
demás… sino a vivir la vida de la mejor manera dejando vivir para vivir en paz.
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