viernes, 20 de julio de 2012

HIJOS TRAICIONEROS


PARA QUE SACRIFICIOS, SI LOS HIJOS TRAICIONAN Y APUÑALAN A SUS PADRES POR LA ESPALDA.



Como padres, mil veces, nos hemos quedado sin dormir, para velar su sueño con dificultades por un problema de salud. Nos fuimos a trabajar como siempre, y volvimos con ganas de verlos y saber que ya están bien. La madre se ocupó todo el día de mimarlo y sacarlo adelante. Y a noche, muy tarde ya, también ella está muy cansada, pero preparó la cena y nos pusimos al tanto de ciertos detalles del día. Nos hemos sacrificado muchas veces para lograr comprarle la bicicleta o lo que nos venía pidiendo desde hace un tiempo. Nos hemos olvidado de ir a comprar algo imprescindible por jugar un rato más con ellos, al volver del trabajo. No nos molestaba lustrar, por centésima vez, nuestros viejos zapatos, con tal de ver la alegría con que subían a esa bicicleta y su carita de satisfacción recorriendo la plaza. Pero siendo más grandes, un día, se enojan por una tontería y nos revolean su “zapato” por la cabeza. Y tras el golpe, reprimimos un ¡Ay! (de dolor y de impotencia)... Pero nos hemos ido acostumbrando…
Y esta lista de “nos hemos”, podemos terminarla por aquí. No estamos pasándole facturas, nos sentimos doloridos, decepcionados, tristes. Porque tal vez, hace más de dos semanas, o quizás meses, que no recibimos un llamado, un mensaje de ellos, nada. Claro, -decimos, como justificándolos- : “Estarán ocupados con sus amigos, sus nuevas familias, sus obligaciones. No tienen tiempo para nosotros.” y sabiendo que no es verdad. Ellos no pueden. Nosotros, siempre podíamos. ¿Serán distintos los relojes de los padres a los de los hijos?. Puede ser. Uno lo aprende cuando queda solo al separarse de su madre. Uno de tus hijos, tal vez no te trate más. Pero, no le reclames nunca. Que haga su vida así, si lo prefiere. Y está bien… Porque llegué a una primera conclusión: Los hijos deben vivir en un planeta paralelo. No tienen toda una noche de insomnio preguntándose, como nosotros, ¿qué le pasa que no nos quiere más?. Ellos tienen “compromisos ineludibles”, como las muchas películas para ver en DVD o en el cine; varias cenas programadas con amigos, y largas vacaciones previstas durante todo el año. Y yo, casi ingenuo… pensando que pueden estar pensando en lo que estoy pensando. ¡Qué iluso! Los hijos no son los padres. Parece una tontería, pero es así. Son casi el polo opuesto. Pero, la vida los pondrá frente a una prueba: Un día van a sentir que se han quedado sin dormir, para velar el sueño -con dificultades por problemas de salud-, de sus propios hijos. Que se van a trabajar sin dormir, que juntaron dinero para comprarles la bicicleta o el último modelo de juegos de computación. Que se quedaron horas esperando ansiosos el resultado de cada examen que rendían. Y ahora les viene ese pensamiento recurrente. ¿Qué hice mal? ¿Por qué no tengo un llamado, un mensaje, nada? Claro, -dirán-, están ocupados con sus amigos, después lo será por su familia y sus obligaciones. Conocí el caso de una estúpida psicóloga que le dijo que se aleje del padre, que era nocivo. En lugar de propiciar un diálogo. ¿Qué profesional es? Si nuestros hijos no tienen tiempo para nosotros, nosotros seguiremos teniéndolo para ellas. No les pasemos “factura”. No digamos nada. No podemos reclamarles nada. Tal vez un día la humanidad aprenda y supere, sin sufrir, la crueldad injustificada de los hijos. Debe ser algo que se transmite genéticamente, o culturalmente, o lamentablemente. Pero pocos podrán decirme que no lo han padecido mucho y todavía les duele. A mí, sí. Pero cambié de actitud, ahora voy a ser egoísta, ahora que ya cumplí me voy a dedicar a ser feliz con mi pareja. Y no voy a llamar o estar pendiente de sus vidas. Qué se enojen, que digan lo que quieran. No escucho más. Es la Ley del Equilibrio. Todo sigue en su lugar. Después de todo, yo también fui hijo y quizá tendré mi propia cuota de independencia, pero no de su crueldad. La rueda de la vida, va alternando sucesivamente sus rayos, mientras avanza hacia el precipicio de la indiferencia total, donde estar contra el suelo o en la parte superior de su circunferencia… nos de lo mismo. Aunque nunca es lo mismo. Siempre es un retroceso en la evolución. Tal vez nuestros hijos, aprendan tarde, y cuando ya no estemos en este mundo para pedirnos disculpas. Y en honor a la verdad no todos los hijos son iguales, pero una enorme mayoría actúa con crueldad, defienden su postura como si fuera una Verdad Absoluta. Somos grandes, no nos pueden venir con teorías absurdas de moral. El padre que no lo haya sufrido nunca, me puede cuestionar esta postura u opinión. Me la banco, pero es injusto si no comprende mi actitud. Aunque algún tonto crea que siempre tenemos que estar a disposición de nuestros hijos, no es verdad. Hay veces que lo mejor es alejarse. Cuidarse, preservarse. Es lo que hago ahora. Cada día tiene su propio calvario, no me hace falta sumarle otro. Actúo como siente mi corazón, no mi cabeza. Estoy en paz con mi consciencia. Y el único que me puede juzgar es Dios. Su Voluntad, será justicia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario