UN NECIO
Como no conviene la
nieve en el verano, ni la lluvia en la siega, así no conviene al necio la
honra. Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, así la
maldición nunca vendrá sin causa.
El látigo para el
caballo, y el cabestro para el asno, y la vara para la espalda del necio. Nunca
responda al necio de acuerdo a su necedad, para que no seas tú también como él.
Responde al necio como
merece su necedad, para que no se estime sabio en su propia opinión. Como el que
se corta los pies y bebe su daño, así es el que envía recado por mano del
necio.
El que pasando se deja
llevar por la ira en pleito ajeno es como el que toma al perro por las orejas.
Como el que enloquece, y echa llamas y saetas y muerte, tal es como el hombre
que engaña a su amigo, y dice: ciertamente lo hice por broma.
Sin leña se apaga el fuego, y donde no
hay chismoso, cesa la contienda. El carbón para las brasas, y la leña para el
fuego, y el hombre rencilloso para encender contienda.
Las palabras del
chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta las entrañas. Como escoria
de plata echada sobre el tiesto son los labios lisonjeros y el corazón malo. El
que odia disimula con sus labios, más en su interior maquina engaño.
Cuando hablare
amigablemente, no le creas, porque siete abominaciones hay en su corazón.
Aunque su odio se cubra con disimulo, su maldad será descubierta en público. El
que cava foso caerá en él; y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá.
Solicitare sabiduría y
paz a Dios para aplicar esto en mi vida, y no permitir que otros vivan bien con
mi muerte, en algún momento, Dios escuchara mi clamor y pagara a cada quien de
acuerdo a lo dicho con su boca.