martes, 4 de agosto de 2015

EL CAZADOR

El cazador



Al monte, bosque mío, mi paz he de buscar; ¿de dónde vienes?
Pregunta el árbol, el cepo, el rio.
Sigo mi camino callado, en el terreno húmedo, gimiendo
Mis botas se hunden, me cuesta caminar,
Mis leales amigos, conmigo siempre, ladrando y corriendo.

Mis botas se hunden, se clavan, que buscan, golpean la tierra,
Para que esta se abra, que buscan, porque calla.
El cielo llora en mi caminar, llora por el que nace, por el que erra
Llora por el trabajo, llora por el viejo, llora por el que muere.

Cazador alto, guerrero con ojos de amor, en la tierra no hay dos,
Se fue de caza una mañana, por el monte del Señor,
Corazón latiendo, cabeza erguida y dulce voz
La tarde ese día el cazador partió,
Y con lágrimas frías el sol lloro

Lloro el sol, callo la tierra, mis amigos leales a mi lado están,
Un mundo de expresión en su mirada,
Un lenguaje, al mover su cola, un lamido, beso al sentimiento
Ahí con él, su familia, al escuchar su amo no llamaba.
Su inefable amistad pintaba, prolongando su afán.

Compañero de amor en la tristeza
Resignado guardián en el encierro
Lealtad de la cola a la cabeza
Ese es mi perro.








Dedicado a mí hermano Jose Francisco    Madriz y su amor a la caza y sus perros