miércoles, 27 de febrero de 2013

SUPLICA POR LA PERSECUCION

SUPLICA POR LA PERSECUCION


Oh Jehová, cuanto se han multiplicado mis adversarios. Muchos son los
Que se levantan contra mí. Muchos son los que dicen de mí: no hay para
El salvación de Dios, mas tu Jehová, eres escudo a mi alrededor, eres mi
Gloria y el que levanta mi cabeza.


Mas yo por la abundancia de tu misericordia estaré en tu casa; te adorare en
 Tu santo templo en tu temor. Guíame, Jehová en tu justicia, a causa de mis
Enemigos, endereza tu camino delante de mí. Porque en la boca de ellos no
Hay sinceridad, sus entrañas son maldad, y su garganta sepulcro abierto, con
Su lengua habla lisonjas.


Me he consumido en la fuerza de gemir, todas las noches inundo de llanto mí
Lecho, riego mi cama con mis lágrimas, mis ojos están gastados de sufrir, y se han
Envejecido a causa de todos mis angustiadores.

He aquí el impío concibió maldad, se preño de iniquidad, y día a luz el engaño.
Pozo a cavado, y lo a hecho profundo, y en el caerá, su iniquidad se volverá sobre
Su cabeza y su agravio sobre su coronilla. Dice en su corazón: no seré movido
Jamás, y nunca el infortunio me alcanzará.


Llena su boca de maldición, de engaños y de fraude, de su lengua hay vejación y maldad,
Se sienta en asecho mirando a los de su entorno, y en escondrijos mata al inocente, sus ojos
Esta siempre acechando al inocente y al desvalido, asecha él lo oculto, como un león desde
La cueva, sigilosa cual serpiente lista para atacar, arrebatándole al pobre, y lo envuelve en su red.


Yo sé oh. Jehová, que sobre los malos harás llover calamidad, fuego y azufre, viento abrasador será la porción del cáliz de ellos, porque tu oh. Jehová eres justo, y amas la justicia, el hombre justo mirara su rostro.


¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidaras para siempre? ¿Hasta cuando esconderás tu rostro de mí? ¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, con tristezas en mi corazón cada día?
¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mi? Mírame, respóndeme oh Jehová Dios mío, alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte; para que no diga mi enemigo, lo vencí, y ellos se alegrarían si yo resbalara, mas yo en tu misericordia he confiado, mi corazón se alegrara en tu salvación, y te cantare alabanza porque me has hecho bien.